Los recientes bloqueos en el recinto legislativo, los cambios de sede en distintos eventos deportivos e incluso del primer informe del presidente Enrique Peña Nieto, y sobre todo, la suspensión del inicio del ciclo escolar en los estados de Michoacán y Oaxaca parecen tener un común denominador: los maestros.  Pero no todos. Sólo algunos, los de la CNTE.

 

Ellos son los culpables -afirman los medios- ya que, -según dicen- "No quieren ser evaluados". Por otro lado, los 'maestros' se pronuncian a favor de la evaluación, pero en contra de la ley (reforma), aunque para defenderse actúen, paradójicamente, fuera de la ley.

 

Preguntas hay muchas y respuestas pocas, sobre todo para los maestros. Lo cierto es que los únicos resultados obtenidos han sido constantes linchamientos mediáticos contra los manifestantes. Lo peor de todo es que se ha generalizado de forma aberrante la figura del maestro en México. Como dicen, 'por uno la llevan todos'. Como si un ataque mediático no fuera suficiente -dicen los que saben-, hay un agravio muy fuerte en contra de los trabajadores de la educación. En el caso de los maestros, serán la única excepción de los trabajadores del Estado, que reciban una evaluación, condicionamiento y sanción por su trabajo. Esto se estipula especialmente para ellos en una ley General de Servicio Profesional Docente.

 

¿Qué hay de bueno o malo con esa ley? Analicemos sólo algunos puntos:

 

Lo bueno es que a partir del 2013 el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) se convirtió en un organismo público, autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio.

 

Lo malo es que el INEE se plantea como si fuera autoridad educativa. Pero no lo es. No manda absolutamente nada, sólo es una autoridad para establecer lineamientos (función que cualquier centro de investigación puede ejecutar).

 

Lo bueno es que su principal tarea será evaluar el desempeño, resultados y calidad del Sistema Educativo Nacional. Además diseñará y realizará mediciones correspondientes a los procesos y resultados del SEN.

 

Lo malo es que el INEE no evalúa, sino que establece "lineamientos", según la ley secundaria. Y aún más, las "mediciones" de tales lineamientos no se definen en el documento. Queda pendiente si serán exámenes o pruebas estandarizadas, portafolios docentes, u otro instrumento que sugiera el INEE.

 

Lo bueno es que los maestros que no aprueben la evaluación ya no estarán frente a grupo.

 

Lo malo es que la ley propuesta no especifica a que función administrativa se les canalizará.

 

Hay un problema educativo nacional severo. Es una realidad. Dicen que la herramienta para solucionarlo es la evaluación. ¿Será?

 

La Reforma propuesta por el ejecutivo federal, que trata de impulsar la calidad educativa ha propiciado una desmesurada ola de manifestaciones y debates a nivel nacional. La CNTE no ha encontrado los mecanismos para hacer entender su proyecto educativo a largo plazo. Es un movimiento que no ha sabido explicarse. Es entendible hasta el punto en que defiendan sus posturas. Pero indefendible su actitud de agravio a terceros. Es defendible que defiendan lo que otros no defendieron. Y que por defenderlo, quedaron indefensos. Pero indefendible que dejen sin clases a los niños.

 

Mientras son peras y son manzanas, la Reforma Educativa y sus leyes secundarias están aprobadas. Ojalá con ello se vislumbre la ansiada reforma a las escuelas Normales. Por ahora sólo queda esperar los resultados y con ello, alcanzar la utopía educativa de un México cada vez más cimbrado por las Reformas estructurales de las que es objeto.

 

Veremos y diremos.